Tipos de Grupos


    El diálogo y la posibilidad de una comunicación franca, abierta y fluida han de ser la vía más directa, afortunada y exitosa en la resolución de conflictos. Para ello tendremos que tener en cuenta la composición de los grupos. Éstos pueden clasificarse entre grupos primarios y grupos secundarios.

 

    De todas maneras, hay que convenir en que esta delimitación entre un tipo de grupos y otros es en ocasiones difusa, ya que un grupo desarrollado y maduro, que lleva tiempo relacionándose puede ir aposentando unas bases de confianza e incluso intimidad que pueden ayudar (a priori) a resolver los conflictos de una manera más eficaz. Lo cierto es que si el grupo tiene unos objetivos comunes y se comparten aficiones y/o intereses, en un marco de interrelaciones francas y directas, es más probable que los conflictos, cuando surjan, ayuden a fortalecer dichas relaciones y el crecimiento y la maduración del grupo en sí mismo. En este sentido la idea del "tú ganas, yo gano" suele hacerse más evidente y puede reflejar el interés personal de que el grupo tenga éxito, porque ello redunda en el bienestar de todos y en cubrir las necesidades de todos sus componentes o alcanzar los objetivos deseados.

    En este sentido, el otro componente que se integra con lo anterior es la sociabilidad. La sociabilidad se vehicula y se agrupa entorno a dos tipos ya clásicos, diferenciados por Tönnies: comunidad (gemeinschaft) y sociedad (gesellschaft). Las agrupaciones más "comunitarias" son aquellas en las que prevalece la afectividad, la familiaridad, los sentimientos; en cambio, las asociaciones de carácter más "secundario" tienen unos intereses utilitarios y una colaboración compleja y más impersonal. Estos grupos (con un cariz más "secundario") son los que podemos encontrar en organizaciones empresariales, sindicales, militares, culturales, etc. El nivel de las relaciones, en cuanto puedan ir pasando de una cierta impersonalidad a una mayor confianza y a un cierto ligamen emocional, pueden generar unas dinámicas más proclives a la filosofía de la resolución de conflictos. Hay que procurar que en los grupos, de alguna manera, tenga un espacio el fortalecimiento de la convivencia, la interdependencia y la mejora colectiva.