"No vamos a hacer nada que no esté saliendo en este momento en
Televisión Española", adelantó ayer Pepe Navarro sobre los contenidos
de Ruffus & Navarro, que conduce desde esta noche en TVE-1 (23.35). El periodista regresa a la cadena -tras su paso en los noventa por Tele 5 (Esta noche cruzamos el Mississippi) y Antena 3 (La sonrisa del pelícano)-
con una oferta "para todos los públicos adultos", de martes a jueves,
con las limitaciones propias de la emisora estatal. Porque, "si en
lugar de TVE", el programa se estrenara en "Tele 5, seríamos líderes
mañana mismo", aventuró Navarro, para quien una privada "tiene que dar
menos explicaciones que una pública". Los contenidos vendrán limitados
por el "respeto a todo el mundo", precisó Pablo Carrasco, director de
programación de Televisión Española. "Se harán cosas que nadie se ha
atrevido a hacer", abundó el presentador.
Navarro cataloga Ruffus & Navarro como una "evolución" de La vía Navarro, el show nocturno que presentó en Vía Digital 18 meses después del cierre precipitado de La sonrisa del pelícano.
"Vamos a vivir de la actualidad", adelantó, tratada con un tono
"divertido" y con "ritmo". También dará "una oportunidad a los
talentos", con una competición musical (premiará versiones breves de
éxitos del pop / rock) e incluso un concurso literario que no se ha
terminado de perfilar. El programa se realizará en directo -"la
televisión, si no es en directo, no es televisión"- y con público en el
plató.
El bailarín Joaquín Cortés es el invitado estelar de la primera
entrega. Hoy regresan puntualmente algunos personajes de anteriores
proyectos de Navarro (Lucas Grijander, Rambo, Pepelu, Krispin Klander)
para ceder el testigo a los actores de esta nueva etapa, seleccionados
entre más de 800 aspirantes.
Navarro no quiso replicar a los sindicatos, que han cuestionado
decisiones tomadas en la preparación del programa, como que se produzca
fuera de las instalaciones de la cadena. El presentador aseguró que,
"acostumbrado a trabajar bajo presión", no viene con intención de
"reivindicar nada". Sobre las suspicacias que pudiera despertar por
algunos trabajos del pasado, la "demonización forma parte del juego",
concedió.